sábado, 17 de marzo de 2012

LA PSICOLOGÍA COMO HERRAMIENTA DE TORTURA:






Cada una de las medidas detalladas por los legisladores ha sido fríamente proyectada, analizando el efecto devastador que tendría sobre la psiquis del trabajador.-
Para ello se tomó como punto de partida la importancia que le asignan las personas al trabajo dentro de sus vidas, no sólo en su dimensión económica, sino -principalmente- en lo humano, familiar y social. Valoración repotenciada a partir de la aparición del flagelo del desempleo.-
Por lo tanto, la primer medida era hacerle conocer a la víctima que “la compañía ya no lo tiene en cuenta”. Es decir, romper ese vínculo generado durante años, que determinaba que el trabajador “se ponía la camiseta” de la empresa y le permitía creer que su dedicación era reconocida y recompensada con protección.-
El segundo paso era hacerlo sentir un inútil: “Ud. no está en condiciones, ni en edad, de adaptarse a los cambios y a las nuevas tecnologías”. Telefónica de Argentina S.A., por ejemplo, remitía una nota a los trabajadores que pretendía que se acogiesen a una de las tantas modalidades de egreso, diciéndoles que se trataba de personal “de difícil reinserción laboral” y que “los requerimientos del mercado de trabajo fijan limitaciones a una población laboral que, si bien biológica y cronológicamente es considerada joven, excede las expectativas de las empresas en lo que respecta a la edad ideal para el inicio de una nueva actividad”. El próximo paso, si no aceptaban, era amenazarlo con el traslado a la provincia de San Luis.-
Para que no tuvieran tiempo de recomponer su dañada autoestima, el “inducido” era citado hasta diez (10) veces en poco tiempo, para transmitirle la necesidad de que acepte el “retiro (in)voluntario”. No importaba cuan categórico hubiera sido su rechazo a la oferta empresaria. Muchas veces el entrevistador lo sometía a la humillación de largas esperas antes de recibirlo. En algunos casos el “inducido” fué citado tres (3) veces en un mismo día, pese a que siempre había manifestado que su voluntad era seguir trabajando en la empresa.-
Para los que lograban superar esta terrible presión, había medidas mas drásticas. Una fué notificarles “que por necesidades del servicio se lo traslada a San Luis” (Telefónica) o al Chaco (Telecóm). ¿Hace falta explicar lo que significaba para estos trabajadores semejante desarraigo? Muchos optaron por el “retiro”.-
Pero si el trabajador (con la ayuda de alguna presión sindical) lograba superar esta amenaza, las empresas contaban con otra batería de medidas. Una era la de darles como destino oficinas en las que no se les otorgaban tareas para realizar. En Telecóm se la llamaba “el corralito” (Fórest 1276). Las víctimas debían internalizar que eran considerados unos “inútiles” a los que la compañía no podía confiarles tarea alguna, sometiéndolos a la indignidad de recibir el salario sin trabajar.-
En algunos casos -todos documentados- directamente se los dejaba “a órdenes en su domicilio” durante meses. En la jerga telefónica se le decía “arresto domiciliario”. De esta forma el “inútil” era enfrentado con su propia familia, lo que aumentaba la presión psicológica que sufría.-
Telefónica de Argentina, la mas imaginativa para estas torturas, no les permitía tomar servicio a los trabajadores enfermos o accidentados que obtenían el alta de sus médicos particulares u obra social. Incluso, se llegó hasta hacer caso omiso del alta brindada por los profesionales de la propia A.R.T.. Los médicos patronales, con una alarmante falta de ética, aguardaban instrucciones del área de “Recursos Humanos” para convalidar o no la reincorporación del trabajador. Si se trataba de alguien que estaba en la lista de “inducidos”, se le hacía agotar la licencia paga y se lo encuadraba en el art. 211 de la L.C.T., amenazándolo con despedirlo sin indemnización alguna al agotarse este plazo. Salvo -claro está- que aceptara el generoso “retiro (in)voluntario”.-
Tal como refleja el proyecto legislativo que hemos citado mas arriba, otra fórmula de presión era no otorgarles a los “inducidos” la posibilidad de realizar horas extraordinarias o de trabajar durante el fin de semana -en un pié de igualdad con el resto de los trabajadores- causándoles el daño material de la reducción de sus ingresos y el perjuicio moral del sentimiento de la discriminación.-
LAS CONSECUENCIAS:
Al poco tiempo de haberse instrumentado los procedimientos para obligar a los trabajadores a aceptar el “retiro (in)voluntario”, comenzaron a notarse sus consecuencias.-
Primero surgió el comentario sobre las “desgracias” de algunos compañeros que ya no trabajaban mas en la empresa. Pero poco a poco se comenzó a vislumbrar que las “coincidencias” podían no ser tales. Demasiados intentos de suicidio, demasiadas enfermedades terminales, demasiados infartos, demasiadas crisis de hipertensión, demasiados problemas familiares, divorcios o separaciones, como para que fuera una simple casualidad.-
Ante la inactividad sindical, un grupo de delegados telefónicos comenzó a realizar una investigación -con medios absolutamente precarios- de la que parece resultar que la casualidad era, en realidad, causalidad.-
Como botón de muestra tomamos el caso de Telefónica de Argentina S.A.:
1°) Trabajadores del Sector “110” que, ante su negativa a aceptar el “retiro (in)voluntario”, fueron enviados a sus domicilios durante períodos que llegaron a 7, 8 y 12 meses, con percepción de haberes (sin adicionales):
CHUTCHURRU, JUAN (*)
GARCILAZO. MONICA
IANNELLO, ANTONIO (*)
LEPELLERE, JUAN CARLOS (1)
LOMBI, NORMA (2)
MONTENEGRO, GUILLERMO (*) (3)
MORA, SILVIA
OCAMPO, MARÍA INÉS
OSAN, JORGE ROQUE (*)
PEREYRA, STELLA
PERILLO, BRIGIDA
QUENTACI, SARA
SAN MARTÍN, JOSÉ (*)
LODUCA, SILVIA (*) (4)
(*) No soportaron la situación y aceptaron el “retiro” (in)voluntario”.-
(1) Fué citado once (11) veces para presionarlo a que acepte el retiro.-
(2) Enfermó gravemente.-
(3) La situación le desencadenó hipertensión severa.-
(4) Enfermó gravemente.-
2°) Algunos ejemplos de trabajadores que aceptaron el “retiro”, después de pasar por una presión psicológica insoportable, están resumidos en la denuncia sindical a la que aludimos anteriormente, y que a continuación transcribimos.-
En ese documento aparece fotocopiada una Circular de la empresa, retransmitida por fax, en la que un funcionario se dirige a otros sobre temas vinculados con la distribución del trabajo en un sector, y al final les dice: “Los inducidos y sin perfil no deben tener contacto con el cliente por lo que solo pueden hacer tareas menores y que en lo posible les resulten disgustantes”.-
UNA DENUNCIA CON NOMBRES Y APELLIDOS
APELLIDO Y NOMBRE LUGAR DE
TRABAJO EMPRESA TESTIMONIO
LOIACONO HECTOR HUGO JONTE TELEFÓNICA Citado a retiro voluntario en reiteradas oportunidades, intentó suicidarse bajo un profundo estado de depresión. Se disparó dos tiros, un proyectil alojado en la cara le fue extraído en una operación, el otro lo tiene alojado en el cerebro.
Como consecuencia balbucea y tiene problemas motrices y de coordinación.-
PEGAZZANO GRACIELA NOEMI CULPINA TELEFÓNICA Citada al retiro voluntario en reiteradas oportunidades, trasladada adentro y fuera de su zona de trabajo, varias veces en poco tiempo, presionada en forma continua adolecía de trastornos estomacales. Falleció como consecuencia de una hemorragia estomacal.-
MAIDANA JUAN RAMÓN PLAZA TELEFÓNICA Citado al retiro voluntario en reiteradas oportunidades, presionado y discriminado laboralmente, sufrió un preinfarto por lo que fue internado en unidad coronaria en el Sanatorio Mitre.-
FLORES CARLOS PLAZA TELEFÓNICA Citado al retiro voluntario en varias oportunidades, presionado y discriminado laboralmente en forma constante. Sufrió un preinfarto por lo que tuvo que ser inter-nado.-
TORINO ROBERTO GOYA TELEFÓNICA Bajo presión laboral constante, comenzó sufriendo grandes dolores estomacales y en el pecho, fue perdiendo el habla progresiva-mente. Se le declaró cáncer y falleció como consecuencia de esta enfermedad.-
GUINBOURG DOMINGO LINIERS TELEFÓNICA Obligado a realizar cursos con contenido que excedían a su especialidad para ratifi-car el puesto de supervisor que ejercía des-de hacía varios años, falleció víctima de un derrame cerebral en un cuadro de depre-sión y angustia.-
CANTONE SERGIO CUYO TELEFÓNICA Presionado constantemente, trasladado en reiteradas oportunidades, incluido un trasla-do a Mendoza. Se fue con retiro voluntario. Se encuentra internado en el Hospital Pa-roissien, con graves trastornos psicológicos.
CERVIÑO SUSANA 24 DE NOVIEMBRE TELEFÓNICA Estuvo un año encerrada en una oficina sin que se le asignara tarea alguna, presionada laboralmente, citada en reiteradas oportuni-dades al retiro voluntario. Cayó en un pozo depresivo muy profundo. Intentó suicidarse disparándose tres tiros.-
MELNIK GREGORIO LEZICA TELEFÓNICA Trasladado en reiteradas oportunidades se le cambió de función varias veces, presio-nado y discriminado continuamente, citado al retiro voluntario en reiteradas oportuni-dades. Sufrió parálisis facial.-
ZELANO ROBERTO VERNET TELEFÓNICA Discriminado laboralmente fue objeto de un continuo hostigamiento. En un cuadro de profundo depresión, intentó suicidarse pren-diéndose fuego. Como consecuencia sufrió graves quemaduras.-
POMPIANI ALBERTO GOYA TELEFÓNICA En su puesto de supervisor enfrentó gran-des presiones para inducir retiros arbitra-rios, en contra de quienes fueron sus com-pañeros de trabajo durante muchos años. En un cuadro de depresión y angustia falle-ció como consecuencia de un derrame cere-bral.-
LOMBI NORMA JONTE TELEFÓNICA Citada al retiro voluntario en reiteradas oportunidades, presionada laboralmente, obligada a concurrir a cursos de reconver-sión para ser trasladada al 110 Informacio-nes, los que rindió en forma satisfactoria. Pese a ello, le fue negado el paso y se la envió a su domicilio durante varios meses sin dejarla tomar servicio, como presión para que terminara aceptando el retiro voluntario.-
Debido a esta situación entró en un profun-do estado depresivo que favoreció el desa-rrollo de una grave enfermedad.-
Lo mas grave de los hechos denunciados en el documento sindical es la impotencia de las víctimas para impedir o sancionar la arbitrariedad patronal.-
Ante la inactividad sindical, buscaban y no encontraban en la ley una respuesta eficiente al atropello que estaban sufriendo.-
Las empresas violaban decenas de normas legales y convencionales, pero la única solución que se le ofrecía al trabajador era la de los artículos de la L.C.T. 66 (ejercicio abusivo del “ius variandi”) o 242 (injuria laboral por grave incumplimiento contractual), o sea la de considerarse despedido y accionar judicialmente durante 4 o 5 años. Era eso o...el “retiro (in)voluntario.-




***********************
*****************
**********








EL CASO “QUINTEROS”:
“Nestor A. Quinteros es un buen tipo. Y hasta no hace mucho tiempo era un tipo feliz. Como todo hombre sencillo había aprendido a ser feliz con las cosas simples de la vida: una buena pareja, un buen trabajo, una casita (“de material hecha a pulmón”) y buena salud.-
Trabajó toda su vida (hoy tiene 51 años), por eso sólo pudo cursar estudios primarios. Pero cuando se trata de valores humanos, “sabe” mucho.-
Desde hace 23 años que trabaja en telefonía, primero en ENTEL y, después de su privatización, en TELECOM. Tenía un legajo intachable y, como todo tipo sencillo, pensaba que su empleadora valoraba y reconocía su dedicación al trabajo. Al menos así parecía ser hasta mediados de 1995.-
No sabe en qué momento un tecnócrata decidió que Quinteros “no está en los planes de la compañía”. Ni siquiera lo sospechó cuando lo destinaron a realizar trabajos de reparación/instalación en “zonas peligrosas”, como la “villa miseria” La Cava, de San Isidro, donde no entra ni la policía.-
Pero Quinteros es un tipo sencillo y entiende a la gente sencilla. Además ha vivido casi toda su vida cerca de una villa miseria (“yo los respeto y ellos me respetan a mí, no tiene porqué ser de otra manera”, dice). Conoce los códigos de la villa y por eso no tuvo problemas en cumplir con lo que se le pedía.-
Las empresas montaron todo un aparato de presión para “convencer” a los trabajadores sobre las “ventajas” de pedir el retiro. Ello incluye profesionales de la psicología.-
Al fracasar el intento de atemorizar a Quinteros con el cambio de tareas, inician el proceso de presión psicológica. Primero lo citan a una entrevista con una “licenciada”, que le comunica que la empresa ha decidido desvincularlo y que le convenía solicitar el retiro “voluntario”. Cuando pregunta los motivos y porqué no lo reubicaban, le contesta que era una decisión empresaria y que los motivos “a Ud. no le interesan”. Durante 40 minutos la “licenciada” pasa de la seducción a las amenazas. Quinteros contesta que a él sólo le interesa conservar su trabajo, ya que tiene a su compañera enferma y en tratamiento médico por una patología cardíaca. Mientras mantenga su empleo, piensa, podrá darle cobertura médica.-
Pese a su categórica negativa, es citado en varias oportunidades para continuar con la tarea de “ablande”. Todo esto sucede durante los primeros días de enero de 1996. En la última reunión la “licenciada” le dice que si no pedía el retiro lo destinarían al Chaco. No era una simple amenaza. El 12/01/96 recibe el telegrama 328 en el que le notifican que en dos (2) semanas debía tomar servicio en la localidad de Roque Saénz Peña, Chaco (aquí a la vuelta ¿vió?).-
Quinteros se resiste a este brutal desarraigo y desacata la orden empresaria. Pero continúa negándose a pedir el retiro “voluntario”.-
El aparato de tortura psicológico de la empresa no se iba a dar por vencido tan fácilmente. El nuevo destino de Quinteros sería una oficina en Forest 1276, Capital, conocida como “El Corralito”. En ese lugar la empresa junta a los “rebeldes” (en ese momento había unos 15) y los tiene 8 horas diarias sin darles tarea alguna (“mirando la pared”).-
Continúan las citaciones a reuniones de “apriete”. En un día lo citaron hasta 2 veces. No le permitieron que lo acompañe un delegado gremial.-
Cuando la presión se hacía insostenible, Quinteros pidió que le otorguen unas vacaciones que le adeudaban. Insólitamente se las concedieron, pero sólo para cortárselas abruptamente. Tiene una nueva reunión con la “licenciada” y ante la ratificación de su posición, ella le notifica que sería destinado a una oficina de La Pampa al 2200, conocida como “el 110” (información al público).
La elección del nuevo destino de Quinteros no era casualidad. A un trabajador de 50 años, con 6° grado y que toda su vida hizo trabajo manual y en la calle, se lo enviaba a una oficina llena de computadoras, con un ritmo de trabajo infernal y brutalmente stresante. Lo sientan frente a un equipo donde había una operadora y le dicen que observe, ya que en 15 días debía aprender su funcionamiento.-
Al borde del colapso, el 8/3/96 Quinteros pide un cambio de tareas. Se sentía muy mal, no podía dormir, tenía dolores en el cuerpo, en la nuca, y transpiraba a pesar del aire acondicionado. Nunca le contestaron.-
Diez días después, estando en la oficina, comienza a notar que se le movía el piso, las paredes, los objetos. Siente que se ahoga. Lo atiende un médico de la empresa y advierte que tiene una presión altísima (23/12) y pide una ambulancia. Pierde el conocimiento. Al despertar en el Sanatorio Mitre sufría una hemiplejía en el lado derecho.-
Estuvo casi medio año en tratamiento médico y recuperación. Hoy vive medicado. Tiene problemas físicos, psíquicos y emocionales. Sufre de ataques de depresión.-
Por ahora la empresa se apiadó de él y continua trabajando. A pesar del rencor por lo que le hicieron sigue siendo un buen tipo, pero ya no podrá ser un tipo feliz.-
Quinteros, un caso mas de las miles de víctimas del RETIRO “VOLUNTARIO”.”
Dr. Luis Enrique Ramírez






No hay comentarios:

Publicar un comentario